Dentro de
todos los pilares que sostienen y soportan a nuestro aparato o sistema social,
la educación, se eleva como la alternativa primigenia para prevenir y/o
solucionar, a veces tímidamente, los problemas que encontramos diariamente en
el mundo. La relevancia que un estado de
derecho coloque a la educación será el indicador de una sociedad que
avanza con miras hacia un desarrollo paulatino y sostenible en el tiempo; el circulo
se acrecienta y gira alrededor de niños bien educados para poder gozar de los
beneficios que los adultos nos darán.
Muchas veces esta educación se muestra menguada o ninguneada cuando otros
factores, como los raciales, saltan a la vista y se menosprecia el global
aprender. En el Perú existe una marcada correlación entre ser campesino, hablar
quechua, aymará o algún otro idioma originario y estar entre los más pobres del
país y tener el más gran déficit educativo. La correlación ente la
discriminación étnica y la discriminación educativa es muy elevada. Los países
de América Latina donde hay mayores barreras étnicas y raciales son aquellos
(incluyendo al Perú) donde las mayorías rurales están más marginadas de los
programas educativos del Estado.
En los departamentos donde más se habla quechua está la mayor cantidad de
personas de 5 años o más analfabetas o que no tienen ningún nivel
educativo, Esto se cumple inclusive para Lima.
Cajamarca es un caso especial, pues es un departamento donde el quechua
virtualmente ha desaparecido (sus habitantes probablemente sean migrantes),
pero donde la cantidad de personas sin instrucción es elevada. La razón es que
allí existe una importante cantidad de indígenas castellanizados. Esto es un
importante indicador que el problema educativo no es decisivamente del idioma
que se habla sino de la condición socioeconómica de la población. Aunque se
hable castellano, como sucede en las comunidades de Cajamarca, si uno es
indígena tiene escasas posibilidades educativas y, como se ha visto, la
educación a la que tendrá acceso será de muy mala calidad. Pukllasunchis, ha
evaluado de manera global la situación y
promueve espacios de aprendizaje en aquellos sectores donde se necesita de un
maestro o guía; muy a pesar de estas diferencias raciales o idiosincráticas, Pukllasunchis
se irgue para hacer frente a la adversidad e inicia un proyecto de educación
intercultural bilingüe. Aquí, la zona rural de Yaurisque se beneficia con una
calidad de enseñanza que le permita sobresalir de la lejanía de su pueblo y de
la distancia enorme de progreso con respecto a otros lugares. El
sistema educativo es uno de los contextos más importantes para desarrollar y
promover la interculturalidad, ya que es la base de la formación humana y un
instrumento no sólo de mantenimiento de una sociedad, sino de desarrollo,
crecimiento, transformación y liberación de esa sociedad y de todas sus
potencialidades humanas.
Un elemento importante a tener en cuenta es que el castellano que hablan
los indígenas de las zonas más pobres de Cajamarca (Cajabamba) es tan pobre
lexicológicamente como lo es el quechua de las zonas más deprimidas del sur
andino. El problema no es, pues, decisivamente lingüístico sino de pobreza
socioeconómica. El léxico de las personas será rico o pobre de acuerdo a la
cantidad de experiencias a las que estas tiene acceso y depende de su nivel
socioeconómico. No existen "idiomas ricos" e "idiomas pobres",
sino idiomas hablados por gente de sociedades ricas y de sociedades pobres. La
gente pobre que habla castellano lo habla tan pobremente como hablan los
quechuas hablantes pobres.
Según
estudios recientes los estudiantes del sector público son significativamente
más bajos en rendimiento que los del sector privado. Las características
socioeconómicas y culturales de las familias tienen un fuerte impacto en los
resultados que los estudiantes consiguen en la escuela. Los estudiantes
que egresan de centros educativos públicos tienen menores probabilidades de
acceder a formación superior de calidad o de insertarse adecuadamente en el
mercado laboral; esto, muchas veces originado por problemas tan básicos como la
alimentación, el aseo o la calidad de salud, etc.
En nuestro
país casi el 26% de niños viven en extrema pobreza y subsisten en lugares muy
alejados y distan de las comodidades que ofrece una ciudad, pueblo y hasta
comunidad; por ende carecen de una educación adecuada, consciente de esta
realidad Cristina Appenzeller, que gano el Premio Integración 2003, apuesta
hace 30 años por un método de enseñanza diferente que promueve a través de la
asociación Pukllasunchis, que significa juguemos en quechua. El cambio del
enfoque educativo que Pukllasunchis ha generado básicamente en la visión,
ciertamente decadente, de muchos impartidores de conceptos, es la manera
conjugada con el contenido de la propuesta. Se potencializa la capacidad
crítica del alumnado para desarrollar e incentivar las armas necesarias para
enfrentar la vida de una manera rigurosa y lúdicamente sostenible.
Antiguamente se creía que el docente o encargado de dictar
las sesiones de aprendizaje no podía inmiscuirse en la vida personal y privada
del alumnado, que este último debería ostentar una postura rígida y respetable
ante una figura idílica y muchas veces dictatorial. Ahora Pukllasunchis
enfrenta la realidad con asesoría personalizada y de calidad, algo que falta en
nuestro panorama nacional desde el sector público al privado. Aprender jugando
es una manera alternativa e ideal para fijar los conocimientos que muchas veces
solo se imparten de manera teórica, por esta razón la filosofía que aplica
Cristina y Pukllasunchis es innovadora. Sobre
la actividad lúdica Martha Llanos afirma: " A través del juego, el niño
expresa su inconformidad o satisfacción con el mundo que percibe y recrea las
condiciones para que sus necesidades sean colmadas. Es una posibilidad para
superar carencias y construir un mundo mejor".
Lo lamentable es que ante un crecimiento paulatino de Ong’s, instituciones u
organizaciones que apoyan esta medida educativa y aplican estas técnicas para
realizar una enseñanza holística que parte desde la motivación; aún son muchas
las instituciones y bastante docentes que todavía tienen miedo al cambio, a la
innovación y sobre todo a la generación y apertura de nuevos espacios para la
creatividad como componente de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Es por
eso que cuando se les habla de capacitaciones, renovación de esquemas de
enseñanza, disertaciones sobre temas relevantes como propicia Pukllasunchis y
la articulación de estas a sus mallas curriculares y proyectos de aula, en
muchas ocasiones se evidencian: miedo, desconocimiento, desinterés,
desmotivación e infortunadamente en algunos se observa la falta de voluntad
para indagar, intentar y probar las posibilidades de muchas de las herramientas
que una reforma educativa le brinda al ejercicio pedagógico.
Obviamente, en estos ambientes se
encuentran docentes que van mucho más allá y que dedican algún tiempo para la
autogestión de aprendizaje para luego plasmarlo en el aula de clases. Es más,
así como Pukllasunchis trabaja talleres de madera con sus estudiantes, colegios
como P.A.Labarthe, aún continúan brindado un servicio educativo abocado a la
construcción de conceptos que en la práctica nos demanden menos riesgos de
afrontar la vida, dejando de lado la equívoca idea de racionalizar el tiempo de
los niños o adolescentes en estudios matemáticos o verbales, dejando a un lado
del camino la formación como ciudadanos o futuros cabezas de familias.
Algo realmente destacable, y que significa el baluarte
y corazón de este proyecto, es la participación ciudadana. Siendo los espacios
de incidencia lugares mayoritariamente de difícil acceso, lo serían aún más si
las comunidades construyen una barrera firme de convicciones, creencias o
rechazo social. Pukllasunchis ha trabajo muy bien el tema e involucra a la
sociedad misma en este viaje y los vuelve actores directos del hecho, aproxima
a su cotidiano andar la retroalimentación con aportes, experiencias y
recomendaciones en pro del cambio para bien.
En el mundo, como en la vida, la participación ciudadana en masas ha
alcanzado resultados realmente provechosos; las personas que cada vez se
involucran desde medios de comunicación de masas hasta pequeños circuitos
comunicacionales como radios comunitarias en zonas rurales, responden a un
crecimiento progresivo de información y acción, la propuesta de empoderamiento
y activismo dentro de una política de servicio y respeto, se ha convertido en
una de las condiciones necesarias para el bienestar de muchas comunidades. La
participación, para convertirse en instrumento de desarrollo, empoderamiento y
equidad social, debe ser significativa y auténtica, involucrar a todos los
actores, diferenciando pero sincronizando sus roles, y darse en los diversos
ámbitos y dimensiones de lo educativo: desde el aula de clase hasta la política
educativa, dentro de la educación escolar y también de la extra-escolar, en los
aspectos administrativos y también en los relacionados con la enseñanza y el
aprendizaje, a nivel local así como a nivel nacional y global.
Ciertamente
dentro de toda estipulación encontramos ciertos puntos que se debe tomar en
cuenta con el fin de poder conceptualizar mejor lo que referimos como
participación ciudadana. Algunas veces se entiende que promover la
participación es informar, para luego sostener que se consultó la opinión de la
gente involucrada en el tema en cuestión. A título de participación se informa
y consulta, pero en el momento de tomar decisiones otros son los que asumen
esta responsabilidad. Así, por ejemplo, la autoridad del sector educativo
convoca a un taller para informar qué políticas está definiendo y, más
adelante, va a contestar y justificar algunos comentarios y cuestionamientos,
con lo cual llega a considerar que sus decisiones son producto de la
participación.
Otras veces, bajo el
supuesto concepto de participación se convoca a la gente para solicitar el
apoyo a la solución de determinadas necesidades. Por ejemplo, los directores de
las unidades educativas convocan a los padres de familia para que colaboren en
refacciones de infraestructura de la escuela. Otras veces, se reivindica el
control social o apoyo político enarbolando las banderas de la participación;
así, por ejemplo, ante una huelga del magisterio el gobierno convoca a los
padres de familia para que controlen qué escuelas y docentes acatan el paro,
mientras que los dirigentes sindicales los exhortan a hacerse parte de sus
demandas y a acompañarlos en sus protestas. Una tercera tendencia señala que la
participación básicamente es una toma de decisiones. En el caso de la educación
se expresará, entonces, en la toma de decisiones sobre las orientaciones,
políticas y estrategias que se definan para la escuela, la región y el país.
Cabe señalar que si en determinado caso la población directamente afectada no
toma decisiones, no existe participación social. Todo esto desvincula el meollo
del asunto y lo encamina hacia una distorsión del valor real de una adecuada
participación ciudadana. Pukllasunchis procura por todos los medios de generar
participación con el objetivo de desarrollarse todos con el mismo impulso y
empuje. Muy a pesar, considero que esto puede significar una falacia que a un
mediano plazo significaría una amenaza para el global aprendizaje. Siendo de
tal forma es la sociedad misma la que
debe asumir riesgos y permanecer vigilante ante los cambios que se susciten,
ellos deben aprender a aprehender nuevos conceptos de gestión y organización
para que el contenido y esencia de la propuesta no se terciorice siempre a una
Ong o institución alterna, al margen de que esta ayuda significa el impulso
necesario para el desarrollo social en muchas comunidades.
Más allá de
reforzar los pilares que sostienen la propuesta de Pukllasunchis, un tema
álgido de abordar es la problemática de muchas Ong’s que han sido incidentes en
ciertos espacios, donde tuvieron mucho alcance, pero que desgraciadamente
sucumbieron al tiempo y la trascendencia. Si bien es cierto que el proyecto
puede tener un objetivo a un muy largo plazo, el factor de participación
ciudadana y actores directos debería potencializar las habilidades de gestión
de la población para que esta misma puede sobrellevar los avatares implícitos y
explícitos que demandan ejercer una influencia en su comunidad. Se debe
visualizar una perennización de las actividades, conceptos y propuesta en un
periodo suficiente, aunque nunca lo será, para que las comunidades puedan
encaminar su progreso ellas mismas. La capacitación de Pukllasunchis es una de
esas armas que permitirán que el tiempo que transcurre se alimente de
experiencia y nuevos enfoques, obviamente eso afectará de sobremanera dentro de
su radio de acción.
Dentro de
todo y poniendo énfasis en la loable labor, el trabajo de Cristina Appenzeller
es admirable, la asociación Pukllasunchis contribuye a la formación y educación
de muchos pequeños a través de su colegio donde se practica la educación
intercultural bilingüe y se enseñan diversos talleres de formación técnica. De
esa manera se innova en la educación práctica y se ha conseguido que los
estudiantes realicen programas radiales para desarrollar sus habilidades,
actitudes y reforzar su identidad.